“Fernanda” (para fines de esta historia real) tenía un trabajo en el que ganaba $40,000.00 pesos mensuales. Fernanda es Química de Alimentos de 38 años de edad, casada y madre de familia de dos adolescentes de 14 y 12 años, laboraba como Gerente de Producción en una compañía del sector alimenticio. Hace dos meses fue despedida con motivo de la automatización operaciones debido a la pandemia del Covid-19 y comenzaron sus problemas financieros, -en realidad comenzaron mucho antes pero no se había dado cuenta, o no quería darse cuenta-.
Podría pensarse que con $40,000.00 mensuales, Fernanda contaría con un buen colchón para emergencias económicas, de hecho, su ingreso estaba MUY por encima de la Línea de Pobreza por Ingresos (urbano) que el CONEVAL definió en $3,204.16 mensuales por persona en mayo de 2020, ya que el ingreso repartido a cada miembro de su familia era de $10,000.00. Su esposo José se había quedado sin trabajo el año pasado, sin embargo el ingreso seguía siendo muchísimo mayor y vivían “bien”, incluso estaban pensando en abrir un negocio familiar en un par de años para “tener ingresos seguros”. La familia de Fernanda ya enfrentaba serios problemas financieros antes de perder el empleo. Con deudas crecientes en tarjetas de crédito y sin hacer ajustes a sus patrones de gasto debido a la inconsciencia y a la relativa facilidad con la que le otorgan una nueva tarjeta de crédito a quien gana más de 10 veces el salario mínimo.
En un mes cualquiera, estos eran los gastos fijos de Fernanda y su familia:
Como ya se habrá percatado, los gastos fijos son mayores a los $40,000.00 de ingresos, y aún falta agregar esto:
No se incluyen la compra de ropa y calzado una o dos veces por año, visitas al dentista y al médico, las imperdonables vacaciones 2 veces por año y cualquier otra cosa que se atraviese y pueda ser pagada con las mágicas tarjetas de crédito.
Esta familia tiene un ahorro negativo que se traduce en una deuda creciente, ya que el déficit es financiado con tarjetas de crédito.
Como puede observarse en el primer cuadro, gastan $20,000.00 al mes en hacer el pago mínimo requerido a sus tarjetas de crédito, esto significa que no liquidan todos sus deudas sino que siempre pagan intereses. La deuda actual de Fernanda es de aproximadamente $300,000.00 distribuidos en sus DIEZ tarjetas de crédito y genera intereses mensuales por $16,027.40 (considerando una tasa promedio anual de 65%), de tal forma que su abono a capital es de menos de $4,000.00. Es preciso mencionar que la protagonista de nuestra historia no es una deudora morosa, jamás incumple con sus pagos mínimos, los bancos están felices con ella y constantemente le incrementan su línea de crédito, y ¡cómo no! Con la cantidad de dinero que les hace ganar por los intereses que paga. Cumplida como es, Fernanda dispone de efectivo de sus tarjetas de crédito, con la respectiva comisión del 5%, para juntar para los pagos mínimos de sus tarjetas y seguir siendo una clienta cumplida ¡Para que jamás le nieguen nuevos créditos!
Nunca se puso a pensar en recortar gastos, en consumir inteligentemente o en ahorrar estratégicamente, el crédito le proporcionaba una fuente inagotable -y costosa- de recursos frescos.
¿Qué hacer ahora? Sin empleo, ya se terminó el monto de su liquidación, no tiene ahorros, sus tarjetas al límite de crédito y sin forma de que alguien le preste.
Es una palabra odiosa, pero la vamos a emplear. Si Fernanda HUBIERA ahorrado el 10% de su sueldo durante los últimos 8 años que tuvo un sueldo similar, HOY TENDRÍA $384,000.00. Si HUBIERA preparado su café en casa y no HUBIERA visitado tan seguido las tiendas de conveniencia, en fin, si HUBIERA sujetado su gasto al 90% de lo que ganaba y HUBIERA ahorrado la mitad de eso para corto y la mitad de eso para largo plazo, no HUBIERA visto crecer exponencialmente su deuda y hoy tendría un buen margen financiero para hacer frente al desempleo temporal.
Perder su trabajo fue un inesperado golpe para Fernanda y su familia, pero sólo adelantó una tragedia financiera que tarde o temprano iba a ocurrir, con pandemia o sin ella. DURA LECCIÓN.